19 agosto 2009

EN DEFENSA DEL CINE

¿Es caro el cine? (me refiero al precio de las entradas). Puede ser, dependiendo de con que lo comparemos. Si lo comparamos con una gominola sí, porque vale mucho más. Si lo comparamos con un piso pues no, porque vale mucho menos.
Esto viene a cuento porque estoy un poco harto de oír lo caro que es el cine. Una entrada “normal” de cine viene a costar un poco más de 6 euros. Un poco más que un cubata, menos que 4 cervezas, aproximadamente lo mismo que dos paquetes de Lucky Strike, unos 6 litros de gasolina...
Si comparamos el precio de una entrada con un alquiler en el videoclub es el triple aproximadamente, y si lo hacemos con la compra de una novedad en DVD la tercera parte.
“Es que cuando yo iba al cine valía 400 pesetas”. Ya, claro, y la barra de pan no llegaba a 100 pesetas, no te jode. Es lógico que haya subido, porque todo sube. Si quieres mantenemos estable el precio del cine, pero también tu sueldo, ¿vale?
Que no, que decir que el cine es caro no es excusa para ir al cine menos de una vez al año.
Más de una vez he oído que “ir al cine sale caro porque entre las palomitas y la cena sale un pastón”. Claro, nos ha jodido. Como suelo decir: “Y si después del cine te vas de putas ni te digo”. ¿Por qué hay que comprar las dichosas palomitas? ¿Acaso es obligatorio? ¿Y cenar? Yo suelo cenar en casa. Además, ¿es también obligatorio ir por la noche? También hay sesiones vespertinas, incluso queda alguna que otra matinal. En este punto también quiero hacer hincapié en un asunto: también podemos llevar las palomitas, la merienda o la cena de casa. NO PUEDEN PROHIBIRNOS INTRODUCIR ALIMENTOS EN EL CINE. Sí, ya sé lo que pone en casi todos los cines, pero es así. Suele poner que no se puede y un artículo que quiere decir que tienen reservado el derecho de admisión, pero eso no quiere decir que esté prohibido introducir alimentos. Me da igual que ellos vendan comida. Ya lo dije varias veces cuando se podía fumar en los cines (no en las salas, pero sí fuera) y en algunos vendían tabaco: “¿Tampoco puedo traer mi tabaco?”. Es como si no nos dejaran entrar con ropa en las tiendas de ropa.
También está el DÍA DEL ESPECTADOR, un día entre semana en el que el precio de la entrada se rebaja poco más de un euro. “Ya, pero yo quiero ir el fin de semana”. Joder, chico/a, es que lo quieres todo. A mí también me gustaría no pegar un palo al agua y ser millonario, pero no me queda más remedio que currar de vez en cuando.
Además del día del espectador también están los descuentos para jubilados, estudiantes... Y de vez en cuando suele haber ofertillas, como la de hace un par de años llamada los “martes de Movistar” (que hacían 2x1), la reciente “fiesta del cine” (yo me vi 5 pelis en 3 días por 14 euros)... Hasta he ido gratis al cine con las patatas Pringles.
Es verdad que ahora no voy tanto al cine como antes, porque mi economía no me lo permite. Tampoco me pongo ciego a cubatas ni me dejo 200 euros al mes en cocaína y luego digo que el cine está por las nubes y que prefiero descargarme las pelis.
Para terminar: EL CINE EN CASA. Primero por televisión, con las engorrosas pausas publicitarias, luego la aparición del vídeo, luego el home cinema, para disfrutar del sonido como en los cines, y ahora... esas películas piratas que algún cameraman (o alguna camerawoman) graba en el cine. La calidad, tanto de imagen como de sonido, puede variar (aunque suelen ser pésimas), pero es como si fuéramos al cine: el de atrás tose, el público se ríe (y son risas verdaderas, no enlatadas), vemos los cabezones de los/as que llegan con la peli empezada... Sólo falta una cosa: sentir las patadas que propina el/la de atrás. Estoy por patentar un artilugio acoplable al sofá que simule las pataditas.

Las Arenas, 5 de julio de 2009.

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1 Comments:

Blogger FÉLIX PUMARES said...

El cine en 3D sí está caro. El otro día pagué 9,60.

19 de septiembre de 2009, 19:47  

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